Golpeado a diario por el Océano Atlántico, Portugal es un destino obligado y frecuentado por los surfistas españoles. En nuestro caso, la zona de Sagres llega a ser una segunda casa. Pero hoy no os vamos a dar la paliza con Cordoama u otras playas del sur. Ni escribiremos de los picazos clásicos portugueses. Hoy nos adentraremos en la cuna del surf lisboeta, donde poder combinar olas y turismo (o juerga), por si nos movemos con alguien que al segundo día de estar delante de una rompiente, tuerce el gesto al verte salir del agua…
CARCAVELOS
Este lugar de Portugal no es otro que Carcavelos, playa que vio nacer el surf en la región de Lisboa. Esta playa está situada a unos veinte minutos al oeste de la capital, siguiendo la rivera norte de la desembocadura del Tajo. Protegida del impacto directo de las marejadas invernales, es una playa con fondo de arena bastante larga, donde se suceden los picos de olas decentes, rápidas a veces, cuando la cara atlántica (Guincho) está desfasada. Podemos encontrar alojamiento fácilmente en los alrededores. Lógicamente, al ser la playa de surf de Lisboa, a menudo habrá bastante gente en el agua. Pero si buscas la hora adecuada sumado a los numerosos picos que ofrece la playa, puedes encontrar un baño tranquilo y disfrutón.
Aunque en realidad lo mejor son los picos de alrededor, con fondo de roca, que puedes encontrar entre Carcavelos y Cascais. Destacan la dos derechas de San Pedro de Estoril, a unos cuatro kilómetros al oeste de Carcavelos, y la derecha de Estoril, ya cerca de Cascais.
ESTORIL
San Pedro de Estoril ofrece dos “Point break ” de derecha de largo recorrido. Olas bastante nobles, que aguantan bien el tamaño. Son un poco tendidas, con un fácil “take off”, mas orientadas a tablones o “mid length” que a tablas cortas de alto rendimiento. Olas divertidas, donde encadenar un “cut back” tras otro. Pero si estas buscando el tubo de tu vida, este no es el sitio. El acceso a ambos picos es bastante sencillo, y puedes dejar el coche en una explanada de aparcamiento en lo alto del acantilado.
Estoril es una ola derecha de similares características que se encuentra muy próxima a Cascais. Puedes entrar saltando desde el espigón que hay enfrente de la rompiente. La salida es un poco más compleja, ya que hay mucha roca enfrente de la playa. El truco, según me indicó un local, es salir hacia la playa pegado al espigón.
Si hay poca mar, siempre te puedes ir a la zona de Guincho, expuesta directamente al Atlántico y muy consistente en oleaje. Pero ojo, que pueden entrar unos monstruos de agua que no te van a dejar indiferente.
Como dije al principio, además del surtido de olas, hay una gran cantidad y variedad de sitios para ver y comer, por sí queremos darnos un garbeo cultureta o degustar la buena cocina portuguesa. Destacan la propia Lisboa, Sintra o Cascais. Y si quieres darte un homenaje culinario, aflojando la cartera, la marisquería O Porto de Santa María, en Guincho, es una buena opción.