Hoy tenemos la suerte de traer a las líneas de COS&R a un verdadero, polifacético y creativo surfanrola: Javier Soto.
Para quienes no lo conozcáis, Javier es un local de Navia, Asturias. Apasionado de la mar en todos sus sentidos, muchas veces plasmado en un arte que no deja a nadie indiferente, surfista de olas grandes, miembro de los WOLFPACK y socio e ideólogo de la marca M.A.L.O. (Miedo A Las Olas).
Estuvimos charlando con él esta semana pasada y este es el interesante resultado que no debes dejar de leer.
Muy buenas Javi, un honor y un placer tenerte con nosotros.
Como debe ser, empecemos por el principio ¿Cuándo y por qué empezaste a surfear? ¿Cuándo entro el veneno dentro para no salir más?
Era el año 1990 aproximadamente. Estábamos en el instituto en lo que se llamaba por aquel entonces B.U.P. Siempre nos habían gustado los deportes, y de hecho yo me dedicaba a la competición de ciclismo en carretera. Poco a poco empezamos con la movida del skate y estuvimos unos tres o cuatro años dándole caña al monopatín. Alguno de nuestros colegas tenían algún primo mayor que ya empezaba con el tema del surf por la zona de Tapia de Casariego, así fue como evolucionamos hacia el surf. Para que os hagáis una idea, el primer invierno que nos metimos al agua compartíamos un paipo de Morey Boogie entre tres chavales, y para el frío usábamos un jersey de lana y bañador. Entrábamos a turnos y más tarde robamos una de las licras del famoso campeonato de surf de Tapia de Casariego, que se realizaba todos los años por semana santa y pertenecía al circuito europeo de surf, la EPSA. Esa licra fue nuestro primer contacto con el material especifico de surf. Cuando aprobé 1º de B.U.P. mis padres me compraron mi primera tabla de surf, era una 6’6 sin marca.
Que bonitos y duros son los inicios, sobre todo con jersey de lana en el agua occidental de Asturias!! Muchos años surfeando ya, sabemos que eres un gran conocedor de la zona ¿cuál es tu rincón favorito?, si se puede decir
En cuanto a la zona donde vivo tengo unos cuantos lugares que para mi son, por diferentes motivos, especiales. Ya sea por las olas tan buenas que he surfeado allí o bien porque es en esos lugares donde tengo mis sesiones mágicas con buenos amigos. Al final te das cuenta que el surf, según el contexto, puede ser un estilo de vida muy individualista o por el contrario algo muy placentero de compartir.
Quizás mi sitio mas mágico es la playa de mi pueblo, porque allí es donde viví las primeras experiencias increíbles con la tabla. La mejor fue un día de invierno, aunque hacía sol. Las olas eran de medio metro, pero fue en ese baño donde realicé mi primera pared limpia sobre la tabla y pude sentir el agua sin espuma, clara. Y navegar la ola con ese tacto que te trasmite la tabla cuando vas por una superficie lisa y a velocidad, fue quizás lo que más me enganchó a este deporte. Incluso metí la mano en la pared de la ola para sentir la velocidad, fué mágico!! Ese día además iba totalmente consciente durante toda la ola de las sensaciones y eso me hizo sentirlo aún más. No se me va a olvidar nunca…
También te gustan las olas grandes ¿Qué extra le aportan al surfing convencional?
Las olas grandes aportan un extra de adrenalina y de riesgos que tienes que tener que asumir. Se podría decir que a pesar de usar una tabla de surf para coger olas, esto a partir de ciertas condiciones es otro deporte. Aportan seguridad, necesitas conocimientos del medio y sus condiciones. Eso implica un conocimiento personal, saber tus limites, cierta condición física y buen equipo y material. El surf hay que tomárselo como un estilo de vida. Para mi el mar es como un libro que cada día te cuenta una cosa diferente y al que te tienes que adaptar constantemente. Lo importante para ser un surfer es que te tiene que gustar el mar, no sólo las olas. Esto es una manera de vivir y todo esta condicionado por las marejadas y las condiciones. Se necesita mucho tiempo para encontrar el sitio adecuado para el día.
Supongo que en las olas grandes se eliminan muchos “posturitas” y la gente es más tranquila ¿me equivoco? ¿hay un extra de camaradería?
Cuando yo empecé en este mundo de las olas grandes la camadería era una cosa fundamental. Necesitas que la gente que está contigo ese día en el agua sepa reaccionar ante una situación de peligro, que tengáis un respeto y confianza mutua, es básico. La gente que surfeaba olas grandes en su mayoría era gente ya muy adulta y que generalmente escapaban de los tumultos playeros. Su vía de escape era surfear en condiciones donde no todo el mundo podría darse una sesion de surf, era como un paso en la madurez de ciertos surfers. Con el avance de las cosas, la evolución del surf en las olas grandes ha sido tan rápido que hay cosas que no se están haciendo correctamente desde mi punto de vista. El tema de la fama, el reconocimiento de tu persona en tu entorno y las redes sociales han contribuido mucho a que se practique el surf de olas grandes por gente que quizás no esté capacitada para ello. Se necesita una evolución…unos pasos a seguir…pero esto es una opinión personal.
Cada vez hay mas postureo en este mundo de las olas grandes…pero en el mundo en general.
Supongo que a lo largo de tus sesiones has vivido multitud de sensaciones, pero ¿cuál ha sido tu mayor susto y cuál tu mayor éxtasis?
Mi mayor susto fue en una ola local. Las olas rondaban los cuatro metros e iba en una izquierda surfeando de espaldas. Estaba esperando a la sección del final donde la ola hace un chupón bastante radical. Cuando encaraba el tubo noté que debajo de mi tabla se hizo un pliegue de agua, debido a que la marea estaba muy baja y la roca allí hace que a veces la ola se rechupe hacía adentro. Fue ahí cuando intenté hacer un rectificado de la línea en la ola ,y al intentar salvar el pliegue con un salto tuve que redireccionar mi tabla hacía la orilla y bajar en recto. En ese momento el labio cayó encima de mi y me aplasto contra la tabla, con tan mala suerte que mis piernas se torsionarion tipo posición de yoga. Me rompí el ligamento cruzado interno de una pierna, distensión del mismo en la otra pierna, fractura de menisco, contusión ósea, rotura de fibras en ambas piernas, rotura de ligamentos laterales de las dos piernas, lesión del popliteo en ambas piernas y además, se me giraron las tibias de ambas piernas también…un buen marrón…
Mi mayor éxtasis fue una ola que surfeé hace unos 15 años en un viaje a Sudáfrica, concretamente a la zona de Ciudad del Cabo, para surfear olas grandes con Tony Butt (surfer de olas grandes y oceanógrafo). El sitio se llama SUNSET y es un pico en medio de la playa de Long Beach. Es una rompiente que está como a medio kilometro de la costa. Estaba tan grande que sólo estábamos tres surfers a remada tradicional. El resto estaban con las zodiacs haciendo “tow in”. Recuerdo que cuando llegué al pico, mi amigo Tony se pillo una ola enorme que le cerro y en la caida se dio con la tabla en la cara. Tenía un corte de importancia. Ni que decir tiene que sangraba mucho y aquello está lleno de tiburones. Así que lo recogieron con la zodiac y se lo llevaron al hospital. Estábamos entonces sólo dos tíos en el agua. Y de repente el resto de embarcaciones nos empezaron a gritar y silbar como locos y abriendo gas hacía el canal pues se acercaba una serie enorme. Pasamos la primera ola y en la segunda ola le dije al otro tío…“voy a darle!!!” me sonrió y me dijo…“eso espero…jajaja”. Estos sudafricanos están muy locos!!! Cerré los ojos y empecé a remarla con fuerza, en cuanto noté el empuje de la ola me puse de pie y abrí los ojos…fue tremendo!!!! Parecía que no se acababa la puta ola, era cómo hacer una bajada con snowboard. Hice un primer botom y volví a subir a la cresta de la ola para hacer otro take off infinito…pura droga!!! Es hasta el día de hoy la mayor ola que he surfeado en mi vida con mucha diferencia.. Estaba tan grande que no sabíamos ni cuanto tamaño podrían tener, quizas seis y alguna de siete metros. Para mi suficiente como para coger esa única ola y salir del agua. Eran demasiadas emociones para asimilar en un solo día. Recuerdo a la gente en la orilla felicitándome. Había expectación, era un dia enorme, los locales con las zodiacs y dos tios, uno de Asturias y un inglés remando desde la orilla. Para mi aquello fue muy especial. A todo esto nosotros teníamos la planta de una casa enfrente del pico alquilada, y la chica de la casa estaba en el balcón mirando como diciendo…”estos se matan”…recuerdo su cara cuando entré en la casa…casi le da mal jajaja!!!
Qué pasada!! Supongo que este ha sido unos de tus viajes más recordados. Pero la llamada siempre sigue ¿Algún viaje deseado?
Repetir Mexico e ir con mis dos amigos, Adri y Elias, a algún sitio más “light”, tipo Maldivas, por el hecho de hacerlo con ellos y poder disfrutar de las olas y compartir esa experiencia con ellos…sería genial!!!
Volviendo a tierras asturinas, ¿que tal está la comunidad surfera de la zona? ¿Quiénes sois los “wolfpack”?
En nuestra zona somos todavía un grupo de gente bastante reducido. El hecho de no vivir cerca de una gran ciudad ayuda bastante, eso se agradece. Aunque cada vez aparecen por aquí muchas furgonetas, sobre todo de alemanes. No me parece mal, pero son un poco plaga y suelen abusar de la confianza bastante a menudo. En fin, cosas del progreso.
WOLFPACK somos un grupo de amigos que comprende desde el Pais Vasco francés hasta Asturias. Nos une la pasión por la olas grandes y potentes, y cuando coincidimos para surfear en algún spot en concreto, las risas, los sustos y las pitanzas de comida y bebida están aseguradas…una panda de locos, cada uno con su pedrada. Buena gente.
Además del surfing, estás desarrollando otros proyectos, como tu faceta artística plasmada en tus obras o en M.A.L.O., marca con rollazo que has creado con tu colega Adrián y con Carlos Galán, del mítico sello Subterfuge ¿Cómo surgió su historia?
Bueno, realmente la marca la cree yo hace tiempo. Yo había sacado una primera colección de ropa con la colaboración de una marca de gafas de sol. Se hizo una presentación oficial de la marca y se puso a la venta la ropa en un espacio físico. Con el tiempo la cosa se fue estancando. Un día tomando algo con Adriano, amigo del pueblo de toda la vida, le comenté la problemática de llevar una marca de este tipo yo sólo, y se comprometió a hacerlo en conjunto. Así pues fuimos tomando carrerilla. Un buen día, Adriano me comentó que había coincidido con Carlos en el Parque del Oeste patinando y que le había encantado una prenda que llevaba Adri ese día, y que era de Miedo A Las Olas. Le contó la historia de la marca y Carlos se interesó por ella. A partir de ahí tuvimos unas serie de reuniones y se formó lo que actualmente es el núcleo duro de M.A.L.O.
¿Y esa calavera nariguda tan guapa de donde viene? ¿algún significado?
Después de aquel accidente, que ya comenté anteriormente, en un spot local tuve que realizar una recuperación física y mental de las lesiones que me produjo tal accidente. Por un lado, a nivel físico estaba bajo tratamiento de fìsioterapeutas, osteopatas y demás recuperadores de lesiones. Eso era lo fácil. Durante el tiempo de inactividad surfística tuve mucho tiempo para pensar y desarrollar esta marca. Para mi el mensaje de la marca habla de cómo todos tenemos la necesidad de superar situaciones complejas, como hacerlo desde una estrategia definida y que funcione. Aquel momento el surf de las olas grandes se estaba volviendo algo muy mainstream, algo que parecía al alcance de todos. Sin embargo yo estaba tumbado en un sillón sin poder surfear. Llegué a la conclusión de que tener miedo a las olas no era algo malo, simplemente era algo humano y real. El tema de la autosuperación y rebasar los limites se convierte en un mensaje de éxito y de triunfo. Visto desde mi perspectiva, el éxito radicaba en poder hacer lo que hacía y sin cobrar un duro, pero a la vez, en algunos momentos, el precio a pagar es muy alto. Me vino a la mente la idea de la calavera como una cosa muy humana y muy cercana a la muerte. Algo que está presente todo el rato en nuestras vidas. El hecho de ponerle una nariz es para enfatizar ese doble sentido del mensaje, incluso con algo de cinismo. Reirse de uno mismo o aceptar lo que te toca en cada momento es lo que nos construye como individuos y personas. Así fue como surgió este proyecto de marca, además de ser curación y terapia a las secuelas sicológicas que había sufrido en aquella sesión.
Y en el momento actual, con el desbarajuste pandémico, ¿Cómo lo lleváis?
Como se puede. Me imagino que como la mayoría. Somos conscientes de que esto va para largo y tendremos que acostumbrarnos a algo que viene para quedarse.
El verano ha ido muy bien en cuanto a ventas y el feedback con la gente es muy bueno y prometedor. Ahora mismo estamos preparando la colección de nuevos diseños M.A.L.O. para la campaña que viene.
¿Dónde podemos comprar cosas de M.A.L.O.?
En nuestra web www.miedoalasolas.com y en nuestro perfil de Instagram Miedo A Las Olas que está vinculado directamente a la web.
¡¡Nos encanta el slogan de “Make surfing punk again”!! Menos posturitas y más rocanrol… ¿Dinos tres temas que te ponen a tono?
1-“SLEEPNESS NIGHT” TEXXCOCO
2-“PRAYERS” DEAD BRONCO.
3-“TURN IT” NEUMAN.
¿Un mensaje sin censura para quien quieras?
Que en estos tiempos que corren necesitamos de la sociedad más que nunca el sentimiento de empatía y que los políticos dejen de tratar un tema tan serio como es una pandemía global como herramienta política.